Publicado por: @Melissa Ruiz el 09/30/2015
rechazo

Generalmente cuando nos piden que nos describamos, o si debemos hablar de nuestra personalidad, es normal que lo tengamos claro o que estemos algo seguros de la respuesta. Sabemos si somos callados, extrovertidos, de mal genio o espontáneos, pero aún así esto no es suficiente para poder vivir en sociedad satisfactoriamente.

Inconscientemente pasamos una buena parte de nuestros días realizando ciertas acciones, diciendo ciertas cosas y con algunas actitudes que han tocado a otros de manera negativa, que les han dado una impresión equivocada sobre nosotros y eso puede ser potencialmente grave. Analicemos que puede ser eso que hacemos mal, que termina por alejar a las personas de nosotros, o bien nos puede hacer perder oportunidades valiosas.

Lo primero que hacemos sin darnos mucha cuenta, es cuando te sobra seguridad que se puede volver en arrogancia. Si, ser seguro de uno mismo es positivo, porque demuestra que sabes lo que quieres, pero ante los demás puedes parecer muy sobrado, que sabes tanto y lo que ya eres es suficiente que no necesitas aprender nada más ni que nadie te enseñe nada. Esta actitud te hace centrarte en ti mismo y te olvidas de los demás, de lo que puedes aprender de ellos, y terminas por aburrirlos, pues te burlas de ellos o constantemente rechazas sus opiniones. Así es que evitan decirte algo, conversar contigo y terminan por seguirte la corriente y no arriesgarse a que los contradigas siempre.

La negatividad es un arma muy peligrosa que sin darte cuenta, empiezas a usar de más. Esos discursos repetidos que te advierten que te vas a caer, que te van a robar, que es peligroso, que es muy arriesgado, que de seguro te van a estafar, que esa persona X te está mintiendo, son ya frases que contaminan y vuelven la convivencia y relaciones en general, insoportables. Alguien que todo el tiempo piensa algo malo de alguien o sobre una situación, termina por cansar a los demás. Esta mala energía que empiezas a esparcir, acaba por repeler la buena energía de los demás, y se terminan alejando.

Una de las conductas más peligrosas, es tener listos en el bolsillo todos tus prejuicios. Tenemos ciertos pre conceptos aprendidos ya sea por experiencia durante nuestra niñez, o la forma como nos criaron, y sabemos que opinamos de esta u otra cosa, o de aquella persona, sin embargo no podemos usar las experiencias previas para asumir que así será todo en adelante. Una mala experiencia amorosa con una persona mucho mayor que tu, no significa que todas las personas mayores te romperán el corazón, y ahí estás asumiendo que así será, una vez te presentan a alguien nuevo. Tener las opiniones fijas antes de siquiera darle una oportunidad a ese alguien para cometer el error o salir bien, es injusto y hace a los demás sentirse incómodos junto a ti.